lunes, 3 de octubre de 2016

Disfunción Erectil en Pareja

Ante nuestras experiencias diarias solemos responder bajo un sistema de opuestos. Pensamos ¿esto es bueno o es malo para mí? ¿Lo que ha ocurrido es o no mi responsabilidad? Por norma general, pocas veces tenemos en cuenta los puntos intermedios.

Esta dicotomía se acentúa frente a los acontecimientos que nos disgustan, especialmente en pareja cuando algo no sale como esperábamos. Con respecto a las disfunciones sexuales (dificultades que nos impiden disfrutar plenamente de nuestra sexualidad) ocurre del mismo modo.

Pongamos algunos ejemplos de pensamientos erróneos: “si no tiene un orgasmo es que tiene un problema”, “no quiere mantener relaciones sexuales porque ya no siente deseo”, “su erección no se mantiene porque no se excita lo suficiente”… La lista sería interminable y todas las afirmaciones tendrían un factor común: el problema del otro es responsabilidad exclusiva del otro, pero ¿verdaderamente es así?



Falso. Todo lo que ocurre en pareja es responsabilidad de los dos; todo lo bueno tiene dos responsables, todo lo malo también. La disfunción eréctil, por ejemplo, aunque le suceda al hombre, siempre tiene un reflejo en la conducta de la pareja que va a influir de forma determinante.

Con esto no quiero hacer sentir culpables a las personas cuyas parejas tienen dificultades para alcanzar o mantener la erección. Ni por asomo, simplemente quiero hacerles partícipes de lo que está ocurriendo, implicarlas.

La primera influencia de la pareja hacia el hombre con disfunción eréctil es su actitud hacia la problemática. ¿Se preocupa? ¿Intenta ayudarle? ¿Obvia el problema? ¿Trata de evitar las conversaciones sobre el asunto? ¿Le acusa? ¿Se queja? ¿Lo avergüenza? En terapia podemos comprobar cómo la actitud positiva y comprensiva de la pareja facilita el tratamiento de la disfunción eréctil.

Pero a veces la influencia que ejercemos sobre los otros no es tan consciente. Sin quererlo, existen ocasiones en las que están presentes nuestras falsas interpretaciones y, aun teniendo la mejor intención del mundo, provocamos que la situación se vuelva tensa y complicada.

Algunas parejas, por ejemplo, piensan erróneamente que si sus compañeros no son capaces de mantener una buena erección es porque no se sienten atraídos por ellas. La realidad suele ser justo la contraria: cuando un hombre se siente muy atraído por una mujer, cuando se preocupa tanto por satisfacerla y gustarle, cuando la ve como alguien “venerable” es cuando la erección comienza a volverse complicada. En muchas ocasiones, también puede haber un problema médico que impida un rendimiento sexual adecuado. El primer paso es descartar el origen antes de aventurarnos y conjeturar.

¿Te imaginas cómo podría cambiar la actitud de tu pareja si supiese de antemano lo que te sucede realmente? Cuéntale este ejemplo, dile que eche un vistazo a este post si es necesario.

Por eso, lo mejor siempre es tratar de ponerse en el lugar de otro. Los hombres, por término general, no tienen las mismas habilidades para expresar sus problemas y preocupaciones como lo hacen las mujeres.

Por supuesto, hablamos de rasgos generales, pero cuando se encuentran en una situación complicada, los hombres tratan de solventarla por ellos mismos antes de acudir en busca de ayuda. Las mujeres somos diferentes, pero eso no quiere decir que no podamos entender y tratar de comprender cómo se está sintiendo nuestra pareja.

Es muy posible que si una mujer se encuentra en esta situación, sea ella quien decida dar el paso de acudir en busca de ayuda médica. Si es así, es fundamental continuar con la actitud que tratamos de transmitir: ser positivo, pues existen  tratamientos para la disfunción eréctil, y mantenerse disponible, comprensivo, empático, cariñoso…No importa quién refleje el síntoma, el problema es de los dos.

Sí eres tú mujer quien está leyendo este post, piensa que eres la otra mitad, la pieza del puzle que lo completa y que va a provocar que esto funcione o no. Hazte responsable, tú eres una parte imprescindible de la solución, el apoyo que él necesita para mejorar. Vuestro objetivo es el mismo, disfrutar en pareja, para ello son necesarios dos, uno solo no podría lograrlo.



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